Mis relatos
7. dic., 2019
A MI MADRE
¡Partiste tan pronto! Sin hacer ruido,
sólo tenías cincuenta y dos años,
llevaste contigo los finos paños
y nos dejaste solos en el nido.
Tú que eras la fuerza, el constante fluido,
nos dejaste, vacíos ermitaños,
ovejas que escapan de los rebaños,
cariño de la mamá bendecido.
Madre, tú que señalaste el camino,
no pudimos continuar el crucero
porque en aquel funesto diez de enero
renunciaste de tu amado molino.
¿Tal vez escucharemos nuestro sino
recordando tu voz en un bolero?